Meditación sobre el cartel de cuaresma:  Siempre se ha preguntado el hombre cómo puede tener una vida que sea digna,
placentera, feliz. El ansia de vivir se ha traducido, generalmente, en búsqueda de nuevas aventuras, nuevos retos, aceptación de desafíos, emprendimiento de proyectos… Todo por encontrar la VIDA, así, con mayúsculas. No es algo nuevo: ya les pasó a los padres de la humanidad, según nos cuenta el Génesis: "Si comen de ese árbol, serán como dioses…". Conocemos la historia de sobra. Los personajes creyeron al tentador y prefirieron darle la espalda a Dios a ver si tomando ellos el fruto de aquel árbol obtenían la vida que ansiaban. Pero no fue así. Se encontraron con que, en lugar de tener una vida mejor, al separarse de Dios perdían el maravilloso lugar en que habían sido colocados y rompían la armonía que el Creador había establecido desde el principio.

Tras ellos, otros tantos siguieron las mismas huellas: en lugar de volverse hacia el Creador, prefirieron deleitarse en las cosas creadas, creyendo que con eso llenarían el vacío que tenían. Querían VIDA, pero no la buscaban en el lugar correcto. Y Dios, como buen Padre, indicaba una y otra vez el camino para que el hombre viviera. Porque ese ha sido su propósito desde siempre: que tengamos una vida feliz, junto a Él. Y una y otra vez a lo largo de la historia fue invitando a la humanidad a vivir de cara a Dios, a aceptar su amor… Para que tuvieran vida. Y llegada la plenitud de los tiempos… envió a su Hijo, para que tuviéramos vida, y vida en abundancia. Para devolvernos la amistad con Dios, para vivir como hermanos, para cuidar nuestra casa común, para ir al cielo y vivir por toda la eternidad con Él.

Una masa grande de personas continúa en busca de la vida auténtica. Hoy parece que se esconde en la comodidad, en las aventuras sin freno, en el consumo, en los viajes… Tantas huellas que van en la misma dirección… Tantos caminos planos, que no apuntan hacia lo Secretariado de Liturgia Diócesis de Canarias 62 «Señor, conviértenos a ti y viviremos» | Cuaresma-Pascua 2023 alto, hacia lo auténtico, hacia lo trascendente… Demasiado mirar pantallas nos ha hecho perder el sentido del cielo.

Y entre tantos hombres y mujeres que buscan la vida "en lo de siempre", aparecen algunos que cambian su dirección, que han descubierto que con Dios pueden vivir de otra manera, y elevar su mirada y su camino… En medio del mundo estamos los cristianos para dejar que Dios cambie nuestros pasos, que nos cambie a nosotros mismos, como Iglesia, como grupo, como Cuerpo del Señor. Es entonces cuando empezamos a experimentar la vida auténtica, la que nos llena de alegría y paz; la vida que se completará en la eternidad pero que ya ahora se nos ofrece. La vida de los hermanos, de la comunión; la vida del amor, de la caridad; la vida de la justicia y la verdad.

Señor, conviértenos. Haznos cambiar el sentido errado de nuestros pasos. Queremos volver a ti. Entonces viviremos.